Desde Peñafiel, vamos al pueblo de pueblo de
Castrillo de Duero donde comenzamos a caminar por
una pista en dirección E., girando poco después a la derecha
para cruzar el arroyo Botijas, y por una bifurcación
de la izquierda y luego al frente, iniciar una subidita para
llegar a la fuente de la Covachuela; muy poco
después arribamos a la zona alta. Esta es una planicie con
una primera parte pedregosa, justo es Robledaña,
sembrada en el momento del relato con la aromática planta
Lavanda. Entre el pedregal se encuentra una señal o hito
con el que consideramos que es un "techo" de
Valladolid. Nosotros continuamos de frente hacia el
vértice geodésico de Cuchillejos, que vemos a
lo lejos. Una vez en el "techo" de Valladolid, seguimos
caminando para cerrar el polígono que es evidente, a la
derecha, en busca de la zona de Robledaña, ya que no es un
pico en sí, y así completar los dos techos de Valladolid.
En un principio se consideraba que el techo de Valladolid
era Robledaña, pero medidas posteriores determinaron que lo
era Cuchillejos; así que aprovechando la cercanía entre
ambos, y completamos con los dos, el paseo .
Salimos del pueblo de Castrillo de Duero, cuna del
"Empecinado" |
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Caminamos por una agradable
pista admirando las huertas y sembrados

Pasamos el arroyo Botijas
Después de unas bifurcaciones,
pero siempre en ligera subida, miramos hacia atrás para ver
el paisaje

Un refresco en la fuente de la
Covachuela no viene nada mal

Hasta encontrarnos arriba con
esta bifurcación. Nosotros como queremos ir al Cuchillejos,
seguimos por la izquierda.

Dirigiéndose al geodésico del
Cuchillejos

En el geodésico del Cuchillejos

Desde allí continuamos caminando
al lado contrario, cerrado el camino a encontrarnos con el
sembrado de la aromática planta de Lavanda
Entre cuyos surcos se encuentra un mojón con una placa que
indica el lugar de Robledaña

"En plena cumbre..."

Solo nos queda continuar el
camino, pasando por las ruinas características
y descender en dirección al
pueblo, que aparece al fondo de la cortina de agua

Ya en él completamos los "techos
de Valladolid"

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